domingo, 9 de enero de 2011

Señal #33

Cuando uno tiene dos hijas mujeres, se resigna a que el fútbol probablemente no sea el deporte compartido con sus retoños.

Pero sucede que tengo un motivo de orgullo igual de importante: mis hijas (un año y medio) toman el mate amargo... como papá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario